Observatorio de denuncias de torturas, abusos, coacciones, casos de corrupción, violaciones, asesinatos y otros crímenes cometidos por el sistema.

miércoles, 12 de junio de 2013

Vitoria, 3 de marzo de 1976: cinco manifestantes muertos y varios centenares de heridos el 9 de marzo durante una carga antidisturbios.

Los sucesos de Vitoria tuvieron lugar el 3 de marzo de 1976 en la localidad española de Vitoria, capital de Álava (País Vasco), pocos meses después de la muerte del dictador Francisco Franco y en plena Transición Española. Durante una jornada de huelga, la Policía Armada lanzó gases lacrimógenos para desalojar a los trabajadores que estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, situada en el barrio obrero de Zaramaga, y disparó contra los que salían de la iglesia. La actuación policial se saldó con cinco personas muertas y más de 150 heridos de bala.

Historia [editar]


Manuel Fraga Iribarne, en una imagen de 2007. Era el ministro responsable de la fuerzas del orden durante lossucesos de Vitoria de 1976. Fraga se encontraba en Alemania cuando tuvo lugar la masacre y le sustituía en sus funciones el Ministro Secretario General del Movimiento Adolfo Suárez González.


Durante el mes de enero de 1976, unos seis mil trabajadores iniciaban una huelga en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después convocaban por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el día 3 de marzo. Ese mismo día la policía armada entró en la iglesia de San Francisco de Asís en Vitoria, en la que estaba previsto realizar una asamblea de trabajadores y, haciendo caso omiso de la decisión del párroco y del contenido del concordato, conminó al desalojo. Apenas unos segundos después disparaban gases lacrimógenos en un recinto cerrado y abarrotado de gente creando indignación y sobre todo pánico. Los que salieron por delante medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados por los flancos y a los del frente les dispararon.

La policía resolvió la situación que habían creado a tiro limpio, resultando muertos Pedro María Martínez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años, Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17 años, Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19 años, José Castillo, de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 años. Dos meses después moriría Bienvenido Pereda, trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años. Dos obreros muertos en el lugar de los hechos, cuatro heridos muy graves de los cuales tres morirían, y varios heridos más, algunos con herida de bala.

Aquel jueves el Secretario General del SPD de Alemania cancelaba la entrevista con Fraga que participaba en una campaña diplomática para vender internacionalmente una reforma avalada por la monarquía. El sábado, Manuel Fraga Iribarne, entonces Ministro de la Gobernación, junto con Rodolfo Martín Villa, Ministro de Relaciones Sindicales, y el General Campano, director de la Guardia Civil, intentaban, visitando a los heridos, reducir el impacto de su decisión.

Todavía prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, los sindicatos, ilegales también, convocan huelgas en toda España. Tuvieron especial importancia en el cinturón industrial madrileño y en Vitoria. La respuesta del gobierno fue la habitual represión policial, que en Vitoria produjo cinco manifestantes muertos y varios centenares de heridos el 9 de marzo durante una carga antidisturbios. Los altercados se multiplicaron y las huelgas generales de protesta se sucedieron durante varios meses.

Consecuencias [editar]

Estos incidentes aceleraron la acción de la oposición democrática, y su unidad de acción. La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia se fusionan en la Coordinación Democrática o Platajunta el 26 de marzo. Esta nueva junta ejerce mayor presión política sobre el gobierno, exigiendo amnistía, libertad sindical, democracia y rechaza las leyes reformistas.

En 2008, una comisión del Parlamento Vasco consideró responsables políticos de los sucesos a los "titulares de los ministerios actuantes en este conflicto": Manuel Fraga Iribarne, ministro de Gobernación (en Alemania durante los sucesos, correspondiéndole ser "ministro de jornada", encargado de cubrir ausencias de otros y de asumir responsabilidades a Adolfo Suárez), Rodolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales, y Alfonso Osorio, ministro de Presidencia.1

Reparación y reconocimiento de las víctimas [editar]

Monumento a las víctimas del 3 de marzo de 1976, en la calle Bernal Díaz de Luco, frente a la parroquia de San Francisco de Asís.


el mismo modo la banda de punk Hachazo hace referencia a este suceso en uno de sus temas.


Tras la investidura a la presidencia del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el grupo del Partido Nacionalista Vasco formuló el 19 de mayo de 2004 una pregunta al Senado en la que se interesaba por el esclarecimiento de los hechos de Vitoria.2 El 16 de junio de 2011, Partido Nacionalista Vasco, Aralar, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua presentaron una propuesta en el Parlamento Vasco para incluir a las víctimas de los sucesos de Vitoria en la Ley de reconocimiento de las víctimas del terrorismo, que tramitaba el Congreso de los Diputados. Aunque apoyaron la necesidad de reparación, Partido Socialista de Euskadi, Partido Popular y UPyD rechazaron considerarles "víctimas del terrorismo". El PSE consideró que estos hechos debían ser incluidos en la ponencia sobre víctimas de motivación política que comenzaría poco después en el Parlamento Vasco.3


Por primera vez, el 3 de marzo de 2012, el Gobierno Vasco homenajeó a las víctimas de la violencia policial de 1976. La portavoz de Gobierno Vasco y consejera de Justicia, Idoia Mendiaparticipó en una ofrenda floral acompañada de los secretarios generales de UGT y CC.OO. (sindicatos a los que pertenecían los muertos).4
Texto de la grabación policial [editar]

Esta es la transcripción de las conversaciones entre las patrullas responsables de la carga en la iglesia, según las grabaciones existentes de la Banda de Radio de la Policía:

«V-1 a Charlie. Cerca de la iglesia de San Francisco es donde más grupos se ven. ­Bien, enterados».

«Charlie a J-1. Al parecer en la iglesia de San Francisco es donde más gente hay. ¿Qué hacemos? ­Si hay gente ¡a por ellos! ­¡Vamos a por ellos!»

«­J-1 a Charlie. Charlie, a ver si necesitas ahí a J-2. ­Envíalo para aquí para que cubra la espalda de la iglesia.»

«­J-3 a J-1 Estamos en la iglesia. ¿Entramos o qué hacemos? Cambio».

«...­Entonces lo que te interesa es que los cojan por detrás. ­Exacto».

Entrada a la parroquia de San Francisco de Asís.

«­J-1 a J-2 Haga lo que le había dicho (acudir en ayuda de Charlie a Zaramaga). ­Si me marcho de aquí, se me van a escapar de la iglesia. ­Charlie a J-1. Oye, no interesa que se vayan de ahí, porque se nos escapan de la iglesia. ­...Mándennos refuerzos, sino, no hacemos nada; sino, nos marchamos de aquí sino, vamos a tener que emplear las armas de fuego. ­Vamos a ver, ya envío para allí un Charlie. Entonces el Charlie que está, J-2 y J-3, desalojen la iglesia como sea. Cambio. ­No podemos desalojar, porque entonces, entonces ¡Está repleta de tíos! Repleta de tíos. Entonces por las afueras tenemos Rodeados de personal ¡Vamos a tener que emplear las armas! Cambio. ­Gasead la iglesia. Cambio. ­Interesa que vengan los Charlies, porque estamos rodeados de gente y al salir de la iglesia aquí va a ser un pataleo. Vamos a utilizar las armas seguro, además ¿eh?. ­Charlie a J-1. ¿Ha llegado ya la orden de desalojo a la iglesia? ­Si, si la tiene J-3 y ya han procedido a desalojar porque tú no estabas allí. ­Muy bien, enterado. Y lástima que no estaba yo allí».

«Intento comunicar, pero nadie contesta. Deben estar en la iglesia peleándose como leones. ­¡J-3 para J-1! ¡J-3 para J-1! Manden fuerza para aquí. Ya hemos disparado más de dos mil tiros. ­¿Cómo está por ahí el asunto? ­Te puedes figurar, después de tirar más de mil tiros y romper la iglesia de San Francisco. Te puedes imaginar cómo está la calle y cómo está todo. ­¡Muchas gracias, eh! ¡Buen servicio! ­Dile a Salinas, que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. ­Aquí ha habido una masacre. Cambio. ­De acuerdo, de acuerdo. ­Pero de verdad una masacre».
Homenajes [editar]

El cantautor catalán Lluís Llach escribió al día siguiente la canción Campanades a morts en homenaje a las víctimas. Canción que volvería a interpretar para conmemorar el 30 aniversario, en un emotivo concierto en el pabellón Fernando Buesa Arena de Vitoria. El grupo vasco de ska Betagarri dedicó una canción a

No hay comentarios:

Publicar un comentario