Observatorio de denuncias de torturas, abusos, coacciones, casos de corrupción, violaciones, asesinatos y otros crímenes cometidos por el sistema.

domingo, 8 de enero de 2017

Argituz asegura entre 1979 y 1980 ocurrieron al menos 15 violaciones por parte de grupos parapoliciales ultraderechistas españoles

Informe de la asociación Argituz asegura entre 1979 y 1980 ocurrieron al menos 15 violaciones por parte de grupos parapoliciales ultraderechistas españoles.

Este listado es INCOMPLETO y está en constante construcción.

Si dispone de más información sobre cualquiera de estos casos o información sobre casos que no aparecen, le rogamos que nos remita esos datos a info@argituz.org

Este listado no contiene nombres por motivos relacionados con la legislación de protección de datos personales.

MUJERES VIOLADAS Y MUERTAS, CON REIVINDICACIÓN POLÍTICA

Se incluyen en este apartado los casos en que se han denunciado agresiones sexuales cometidas durante un espacio de tiempo concreto, entre finales de 1979 y durante todo el año 1980 especialmente. En ese espacio temporal se suceden una cadena de violaciones con tinte político y con reivindicación: cuentan con un mismo modus operandi en el que actúan dos o más individuos, exhiben armas, emplean vehículos, interrogan a sus víctimas, amenazan y anuncian nuevas violaciones, que son reivindicadas políticamente, preferentemente como BVE. Es de destacar la edad joven de las víctimas, en dos casos con resultado de muerte.

09/01/1980.

En Loiu-Lujua. Mujer de 17 años. Tenía estudios de Secretariado. Cuidaba a niñas y niños en Algorta, mientras que por las noches perfeccionaba el euskera en Sondika. Según sus tías, “solía ir a manifestaciones, pero eso era algo habitual en las chicas de su edad” (Punto y Hora, p. 17). Fue maltratada, violada y muerta a cien metros de su casa. No le robaron nada y fue salvajemente torturada. Punto y Hora lo relata así: “El cadáver apareció semidesnudo, llevando únicamente una camiseta que le cubría la parte superior del cuerpo. Tenía el brazo roto y en el costado aparecieron huellas de pinchazos profundos que el asesino o asesinos debieron provocar con algún objeto punzante. El cordón de una de sus botas lo tenía anudado al cuello, por lo que se pensó que la causa de su muerte había sido el estrangulamiento. También el cráneo aparecía destrozado en una de sus partes” (p. 16). Reivindicó el hecho el Grupo Armado Español (GAE.) Se creó una comisión popular investigadora y la familia tocó todos los resortes posibles, pero, en palabras de las tías de la joven, “la Guardia Civil hizo muy poco por investigar el crimen. En general, y a pesar de la comisión popular investigadora, poco se hizo por llegar al fondo de las causas del asesinato. Se contrató a un detective pero no pudo aclarar nada. Todo eran trabas, tanto en el campo jurídico como en el de la estricta investigación policial (…) Nosotras fuimos alguna vez al Cuartel de La Salve, pero era perder el tiempo, porque nos trataban de malas formas y no sacábamos nada en claro” (p. 17). La madre, por su parte, relacionó la muerte de su hija “con los grupos de Fuerza Nueva” (p. 17). ABC cuantificó en 5.000 personas las que se movilizaron en Bilbao en la manifestación de protesta (13/01/1980, p. 80). A una mujer del comité de investigación, comisión que surgió para aclarar esta violación, y que había escrito un artículo sobre el caso (“Ana Tere, ni una violación sin respuesta”, en Punto y Hora), el 23 de enero y en su ausencia, le allanaron su casa en el Casco Viejo de Bilbao, sin forzar la puerta. Se la registraron (muebles volcados, cama deshecha, armarios vaciados…) y le pintaron en la pared “Marxista. Cerda. Te vamos a violar”, junto a las siglas FN (Fuerza Nueva). Pero no será el único caso relacionado con la joven víctima en el que actúan los “incontrolados”. A una alumna del Instituto de Bachillerato de San Adrián, de Deusto, la golpearán fuertemente en la cabeza achacándole que hubiese participado en los paros de protesta por la violación y muerte de la joven de Loiu-Lujua. El 8 de mayo de ese año, morirá en similares circunstancias otra joven en Donostia. En esta ocasión lo reivindicará el Batallón Vasco Español (BVE) El Ayuntamiento de Bermeo, reunido en sesión plenaria el 16 de abril de 1980, acordó por unanimidad considerar este tipo de violaciones como “arma de disuasión terrorista parapolicial”.

Fuentes:
Víctimas de vulneraciones de Derechos Humanos derivadas de la violencia de motivación política, p. 481. Informe de la Dirección de DDHH del Gobierno Vasco, junio 2008.

En Diez años de represión. Aski da, de Gestoras pro Amnistía, publicación de 1987, se enumeran siete casos de violaciones con este perfil ocurridos entre 1980 y 1987.

El País, 25/01/1980

Punto y Hora, 23/01/1980

Egin, 25/01/1980.

¿Quién mató a Ana Tere, Irune, Cristina…? En Punto y Hora del 1 al 14 de 1988, pp. 16 a 19.

08/05/1980.
En Donostia. Mujer de 16 años. Es violada y muerta de un tiro en la nuca en las cercanías del cuartel militar de Loiola en Donostia, donde se encontraba con su novio. Los agresores golpearon fuertemente al varón, dejándole malherido, mientras que a la joven la llevaron a un lugar más apartado, donde fue violada y asesinada. Su cuerpo aparecerá al día siguiente “con la cabeza destrozada y desnuda de cintura para abajo” (El País, 09/05/1980). Lo reivindicó el Batallón Vasco Español (BVE) de esta manera: “La hemos matado por ser confidente de ETA. Por lo ocurrido en el autobús de Fuenterrabía mataremos a dos chicas vascas. Comando Berasategui”. Tiempo después de estos hechos, el BVE volverá a amenazar al novio: “La próxima vez, un tiro en la cabeza (…) Lo que le ha ocurrido a María José pasará a todas las mujeres vascas”. El País recordará en un reportaje que “en este caso tampoco hubo investigación policial ni actuación judicial, según el informe del Gobierno vasco”, y así lo confirma la familia; el hermano de la víctima recuerda en el mismo medio que ni siquiera recuperaron la ropa de su hermana, que se llevó la Policía para la investigación: “el gobernador nos dijo que había desaparecido”. Asimismo, la familia no recuerda que acudieran autoridades al funeral. Nadie contactó con ellos. No hubo investigación ni juicio ni indemnización. Su hermano añade, además, que “la familia quedó destrozada. Era la hermana menor, y mis padres sólo vivían para ella. Mi padre ya no fue el mismo. Murió pronto. El novio también murió hace tiempo. No se recuperó de unas lesiones tan graves”.

Fuentes:
Informe sobre víctimas del terrorismo practicado por grupos incontrolados, de extrema derecha y el GAL, p. 36. Departamento de Interior del Gobierno Vasco, Dirección Atención Víctimas del Terrorismo (DAVT). Junio de 2008.

El caso de María José Bravo en el informe Víctimas de vulneración de derechos humanos derivadas de la violencia de motivación política. Departamento de Justicia. Dirección de DDHH del Gobierno vasco, junio de 2008, pp. 395 a 397.

Egin de 9 de mayo y días siguientes.

El País del 09/05/1980 y 21/03/2010.

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